DIA INTERNACIONAL DE LA DANZA 29 DE ABRIL DE 2015
Mensaje oficial por Israel Galvan
Israel Galván de los Reyes fue galardonado con el Premio Nacional de Danza 2005 sección, "Creación", por el Departamento de Cultura del Gobierno español, por "su capacidad para generar una nueva creación en un arte como el flamenco sin olvidar las verdaderas raíces que han sostenido que hasta la actualidad y que hacen de él un género universal ".
En 2012 fue honrado con el Premio al Trabajo Bessie Nueva York para una producción excepcional y la Medalla de Bellas Artes otorgada por el Consejo de Ministros del Gobierno español.
Hijo de bailaores sevillanos José Galván y Eugenia de los Reyes, vive de manera natural dentro de la atmósfera de tablaos, fiestas y academias de baile flamenco, donde solía acompañar a su padre. Pero fue sólo en 1990 que realmente se sentía como convertirse en una bailarina.
En 1994, se unió a la Compañía Andaluza de Danza, dirigida por Mario Maya, y este fue el comienzo de una carrera imparable que le traería los premios más importantes en el flamenco y la danza.
Él ha hecho muchas colaboraciones en proyectos de muy distinta naturaleza y con muy diferentes artistas como Enrique Morente, Manuel Soler, Pat Metheny, Vicente Amigo y Lagartija Nick.
En 1998 Israel se estrenó ¡Mira! / Los Zapatos Rojos, su primera creación. Alabado por todos los críticos como un golpe de genio, que era efectivamente una revolución en toda la concepción de espectáculos de flamenco.
Desde entonces ha presentado producciones como La Metamorfosis, Galvánicas, Arena, La Edad de Oro, Tabula Rasa, Solo, El Final De Este Estado De Cosas - Redux, Israel vs Los 3000, La Curva y Lo real / Le Réel / The real, por la que recibió 3 Premios Max de Teatro (premios) En mayo de 2014: mejor espectáculo de danza, mejor coreografía y mejor bailarina. Él también ha creado La Francesa y Pastora por su hermana Pastora Galván.
Galván es un artista asociado del Théâtre de la Ville de París y el Mercat de les Flors de Barcelona.
MENSAJE OFICIAL
Carmen Amaya, Valeska Gert, Suzushi Hanayagi, Michael Jackson…danza inclasificable. Yo no podría descifrar sus estilos de baile… los veo como turbinas generadoras de energía y esto me hace pensar en la importancia de la coreografía sobre esa misma energía del que baila. Seguramente lo importante no es la coreografía, sino precisamente esa energía, el torbellino que provoca.
Imagino una bobina tesla atrayéndolos a todos y emitiendo un rayo sanador y provocando una metamorfosis en los cuerpos: Pina Bausch como mantis religiosa, Raimund Hoghe convertido en escarabajo pelotero, Vicente Escudero en insecto palo y hasta Bruce Lee en escolopendra.
Bailé mi primer dúo con mi madre, embarazada de 7 meses. Puede parecer una exageración. Aunque casi siempre bailo solo, imagino que me acompañan fantasmas que hacen que abandone mi papel de "bailaor de soledades". No querría decir Didi-Huberman: de soleares.
De pequeño, no me gustaba el baile, pero era algo que salía de mí de una forma natural y fácil. Casi instintiva. Con el tiempo me di cuenta que el baile curaba, me hacía efecto, casi medicinal, me ayudó a no ser tan introvertido y a abrirme a otras personas. He visto la imagen de un niño enfermo de ébola curándose a través de la danza. Se que es una superstición, pero, ¿sería eso posible?
Después, el baile, acaba convirtiéndose en una obsesión que consume mis horas y que hace que baile hasta cuando me quedo quieto, inmóvil, apartándome así de la realidad de las cosas. No sé si esto es bueno, malo o necesario pero… así es. Mi hija Milena, cuando estoy quieto en el sofá, pensando en mis cosas, con mi propio runrún, me dice: papi, no bailes.
Y es que veo a la gente moviéndose al andar por la calle, al pedir un taxi, al moverse con sus diferentes formas, estilos y deformidades. ¡Todos están bailando! ¡No lo saben pero todos están bailando! Me gustaría gritarles: ¡hay gente que todavía no lo sabe!, ¡todos estamos bailando! , ¡los que no bailan no tienen suerte, están muertos, ni sienten ni padecen!.
Me gusta la palabra fusión. No como palabra de marketing, confusión para vender un determinado estilo, una marca. Mejor fisión, una mezcla atómica: una coctelera con los pies clavados en el suelo de Juan Belmonte, los brazos aéreos de Isadora Duncan y el medio cimbreo de barriga de Jeff Cohen en Los Goonies.Y con todos estos ingredientes hacer una bebida agradable e intensa, que esté rica o amarga o se te suba a la cabeza. Nuestra tradición también es esa mezcla, venimos de un coctel y los ortodoxos quieren esconder su fórmula secreta. Pero no, razas y religiones y credos políticos, ¡todo se mezcla! , ¡todos pueden bailar juntos!. Quizás no agarrados, pero sí unos al lado de los otros.
Hay un antiguo proverbio chino que dice así: el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo. Cuando una mosca levanta el vuelo en Japón, un tifón sacude las aguas del Caribe. Pedro G Romero , después de un aplastante baile por sevillanas, dice: el mismo día que cayó la bomba en Hiroshima, Nijinsky repitió su gran salto en un bosque de Austria. Y yo sigo imaginando: un latigazo de Savion Glover hace girar a Mikhail Baryshnikov. En ese momento, Kazuo Ono se queda quieto y provoca una cierta electricidad en María Muñoz que piensa en Vonrad Veidt y obliga a que Akram Khan provoque un terremoto en su camerino: se mueven sus cascabeles y el suelo se tiñe con las gotas cansadas de su sudor.
Me gustaría poder dedicar este Día Internacional de la Danza y estas palabras a una persona cualquiera que en el mundo esté bailando en este justo momento. Pero, permitidme una broma y un deseo: bailarinas, músicos, productores, críticos, programadores, demos un fin de fiesta, bailemos todos, como lo hacía Béjart, bailemos a lo grande, bailemos el Bolero de Ravel, bailémoslo juntos.
Israel Galván